Title Los que vienen
Subject Día de Muertos
Description Narrativa sobre las celebraciones de Día de Muertos en San Andrés Calpan, Puebla, México
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Los que vienen, alegres principios de noviembre
Hola mi nombre es Nadia Selene Bermeo López vivo en San Andrés Calpan, uno de los municipios que se encuentran en las faldas del volcán Popocatépetl y que se encuentra a más o menos 40 km de la ciudad de Puebla. La historia nos dice que sus orígenes vienen de tribus nahuas y que fue lugar de paso de Hernán Cortés durante la época de la conquista.
Su nombre proviene de “Calli” “Casa” y “pan” “sobre o en” lo que significa “En el caserío o lugar donde hay muchas casas”. El municipio cuenta con un Convento Franciscano del siglo XVI, dedicado a San Andrés, cuyas capillas posas son joyas arquitectónicas por su decorado y técnica. La primera está dedicada a la Virgen María, la segunda a San Francisco de Asís, la tercera a San Miguel y la cuarta y última a San Juan Evangelista. Este conjunto arquitectónico fue agregado a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1996.
La población es rica en ganadería y agricultura además de ser partícipe de diferentes fiestas y ferias que son representativas del lugar. Ferias como la del “Chile en nogada”, “La feria del tejocote” y recientemente agregada “La feria del Pulque”, celebrada en San Mateo Ozolco, una de sus juntas auxiliares. Festividades como la fiesta patronal celebrada a finales de noviembre, Semana Santa en los meses de marzo y abril y Día de muertos a principios de noviembre.
Esta última es una de las más importantes y significativas de mi población ya que no sólo involucra tradición, sino sentimientos e historia. Durante estas fechas las familias, como la mía, que perdieron a un familiar durante el año, los esperan con las puertas abiertas.
A finales del 2011, mi abuelita María Juanita Justina Espinoza Osorio, mujer de carácter, emprendedora, alegre y vivaracha falleció entre los albores de las posadas. Sin embargo cuando el mes de noviembre llegaba la familia se regocijaba nuevamente ya que ella volvería, no de la forma que se piensa pero estaría con nosotros nuevamente. Esa es la creencia que tenemos, que aquellos que se fueron vienen a nosotros aunque sea por un breve lapso de tiempo.
Esta tradición comprende todo un ritual, desde la preparación del mole hasta para poner la ofrenda para recibir a los visitantes. Los preparativos comienzan dos o tres días antes del 1 de noviembre. Se empieza por la limpieza de la casa, la búsqueda de la leña, que tiene que ser de ocote para freír el mole de lo contrario la cazuela donde se prepara puede partirse o quemar el mole, las cocineras comienzan a preparar sus ingredientes, freír y cocer lo necesario; los matanceros son llamados para sacrificar a los puercos, mientras las mujeres se encargan de matar a los pollos.
La ofrenda que se coloca en cada casa es puesta por la familia y por los padrinos de cruz del fallecido. Los diseños varían pero en su mayoría son puestas en el mismo estilo. Una mesa amplia en cuyo centro es puesto el pan, hojaldras, cocoles, pezuña de burro, y cubierto por una tela obscura que simboliza el cuerpo material del que se ido, a su alrededor se le pone fruta y toda clase de dulces, en cada esquina de la mesa son puestos floreros con cirios que representan su partida de este mundo. En lo alto, una imagen religiosa y la figura de una persona llorando que recuerdan su partida. En el piso una cruz de tierra, un vaso con agua bendita y un recipiente con sal son colocados, la primera es la que marca los puntos cardinales que rigieron su vida, el agua es para su descanso y la sal para purificarlos. A diferencia de otras ofrendas, mi familia decidió colocar a los pies de la mi abuelita la representación de su puesto en el mercado ya que parte de su personalidad y mayor felicidad se dieron en ese lugar. Cuando el día llega, el 1 de noviembre, a medio día las campanas repican con júbilo para darles la bienvenida. En la puerta de cada casa donde son recibidos son puestos papeles de colores, especialmente naranja y negro para indicar el duelo de la familia. La familia sale con un retrato suyo para salir a recibirlos en la calle con flores, con incienso y con cohetones. Se canta, se reza y se van tirando pétalos de la flor de muerto para indicarle el camino a casa. Al término del rosario, se les da la bienvenida y un banquete se ofrece a su nombre. La mesa es puesta para el visitante. Las velas se encienden y los familiares purifican el ambiente. El lugar principal permanece vacío pero el plato aún así es servido. Ella está presente aunque no podamos verla.
A lo largo de la tarde, aquellos que conocieron a mi abuelita vienen a la casa a dejar su cirio y es costumbre que al entregarla se diga: “Una cera para las ánimas benditas” y la familia responda “Que las animas benditas rueguen por ustedes”. Algunas veces, las personas no sólo dan las ceras sino que llevan consigo “ofrenda” la cual es una canasta con pan, fruta, dulces, un ayate y una cera. Posteriormente la cera es encendida en su honor mientras que a los visitantes se les ofrece de comer. Cuando la noche se acerca, a parte del mole se le ofrece pan y café. Las campanas tañen suavemente con la solemnidad de la noche. A lo largo de la madrugada hay un grupo de hombres que visita las casas donde hay “Ofrenda Nueva”; van tocando una pequeña campana y recitando un verso: “Una cera para las ánimas benditas, un tamal para el campanero y otro para su compañero”. Se les entrega una de las ceras que se recibieron además de un “itacate”, un bultito con tamales, panes y su jarrita de café.
La mañana aparece y el gallo anticipa su despedida, las familias se levantan y se apresuran. Las doce son marcadas en el reloj y las campanas nuevamente comienzan su danza; es el momento de la despedida. Así como se les dio la bienvenida, así los despedimos. Cuando las campanas tocan, nuevamente su retrato es tomado, se encienden los cirios y la encaminamos hacia la calle cantando. Se hace una misa en el panteón y las familias van a dejar a sus “visitantes” hasta allá. La misa termina y en las casas continua la festividad. Las luces son entregadas, la gente recorre las calles para visitar las ofrendas y litros de mole y pedazos de carne son entregados en gratitud por su visita.
Collection México
Tags Día de Muertos-Day of the Dead
Citation , "Los que vienen", accessed February 7 2025 https://comidalatina.domains.skidmore.edu/2013/06/05/los-que-vienen/